Riesgo: vulnerabilidad.

No siempre la razón conoce el camino correcto para la acción. Hay momentos en que solo sabremos cómo actuar después de haber dado un primer paso en dirección a lo desconocido.
Cuando nos damos cuenta de que nuestra alma, desde algún lugar consigue ver el mapa de todo el territorio de nuestra vida, dejamos de lado los excesos de intelectualismo y la necesidad de tener siempre el control; de ese modo nos sentimos mas confiados y seguros para seguir adelante.
 Los espíritus pioneros saben el verdadero valor de tomar actitudes arriesgadas.

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